A los estudiantes de nivel superior:
Bienvenidos a un nuevo ciclo lectivo, a un inicio atípico que nos interpela a seguir reflexionando y revisando nuestras prácticas.
Para comenzar, les compartimos una charla TEDx a cargo de Sir Ken Robinson. Para quienes no las conozcan, estas charlas representan una nueva forma de difundir y compartir ideas. Ideas que apasionen, que motiven, que inspiren y transmitan creatividad. Por ello, emprendedores, pensadores y figuras de todas las áreas alzan su voz en este encuentro para contarle al mundo lo que saben o creen sobre diversas temáticas. Es por todo esto que queremos invitarlos a escuchar esta y otras charlas TEDx y juntos ir debatiendo e intercambiando ideas.
Si lo desean, pueden compartir con nosotros sus opiniones y/o reflexiones sobre el video. Durante el transcurso de la semana estaremos comunicándonos de nuevo con ustedes.
Nuevamente bienvenidos y buen inicio de clases para todos.
“Recuperar la Pedagogía. De lugares comunes a conceptos claves”
Así titula su libro Philippe Meirieu (2016), y así decidimos titular nosotros también este texto que pretende la reflexión y mirada profunda sobre lo que decimos, divulgamos y creemos sobre educación. En el Prefacio a la Edición en castellano Meirieu declara su irritación ante obras de divulgación pedagógica que desarrollan “tesis bien conocidas desde hace varias décadas sobre los perjuicios de la competencia encarnizada entre los alumnos, el carácter inútilmente estresante de las evaluaciones permanentes, la fatiga engendrada por el exceso de ejercicios repetitivos y de las tareas para el hogar, la ineficacia de programas tontamente enciclopédicos.” Su molestia radica en que se usen estas cuestiones como critica descarnada, “casi caricaturesca” de lo que sucede en educación y en especial en la escuela, y que además se presenten como si fueran novedades ignorando la histórica y larga discusión que los actores del ámbito educativo vienen desarrollando desde siempre.
Pensar la educación es una tarea que se viene dando desde la Tradición Renovadora, y si bien podemos encontrar aún rasgos de aquellos parámetros del modelo del siglo XIX, los pedagogos han reflexionado y propuesto proyectos innovadores. La educación ha sido objeto de numerosas discusiones e interpretaciones diversas y aún se siguen generando preguntas decisivas respecto del quehacer educativo.
Meirieu continua en ese escrito desarrollando su molestia frente a estas publicaciones que estigmatizan a la educación y a la escuela y nos invita a escuchar
“la conferencia TED más célebre de Ken Robinson, que está camino de alcanzar los treinta y siete millones de vistas en Internet y de convertirlo en uno de los conferencistas mejor pagos del planeta: con, es verdad, mucha habilidad y humor, Ken Robinson retoma, a su vez, las viejas antífonas. Nos explica que todo niño es, espontáneamente, creador y que es el sistema escolar, al someterlo a ejercicios absurdos y estandarizados, mata en él toda creatividad. Convoca a ´respetar más a la infancia´, a ´cultivar cuidadosamente su imaginación´, y nos exhorta a inventar una educación ´que esté en la busca incesante de la capacidad creadora de cada individuo´.
¿Quién podría oponerse a tales intenciones generales tan generosas? El hombre juega en el registro de los lugares comunes más seductores: cada padre puede creer, en efecto, que su hijo o su hija es espontáneamente un genio y que, si no alcanza los logros escolares, es porque la escuela lo ha arruinado de manera profunda. En cuanto a los enseñantes que comprueban que los alumnos de su clase no son nada creativos, tienen la ocasión perfecta para denunciar los perjuicios de una institución que no solo ha castrado la imaginación de sus alumnos desde los primeros años, sino que además, con sus programas y su organización, les impide practicar una pedagogía capaz de liberar el imaginario delos niños, Al igual que los educadores, los animadores y otros especialistas en la creatividad infantil, fente a la pasividad o la triste reproducción de los estereotipos sociales con que muchos niños responden a la exhortación ´¡Exprésense!´, pueden contentarse con condenar el ´sistema´ y llamar a una ´revolución´ para no tener que encarar el menor ´cambio´ concreto en sus prácticas.
Lo cierto es que la ´naturaleza creadora´ del niño no ha sido en verdad atestiguada ni repartida de forma equitativa en el campo social. En efecto, no es tan seguro que lo que tomamos por una regresión de lo imaginario, a medida que el niño crece, no sea sencillamente el descubrimiento del principio de realidad que, sin duda, restringe por un tiempo el campo de lo posible, pero que también permite acceder a los saberes que dan un verdadero dominio del mundo: como se sabe, el pensamiento científico es, a la vez, apertura y renunciamiento, implica formular hipótesis y someterlas a prueba para identificar cuáles son verdaderos instrumentos de inteligibilidad del mundo, ´saberes estabilizados´ que permiten que los seres humanos compartamos conocimientos comunes, que podamos hablarnos y construir lo colectivo.
Además, la exaltación del niño creador delante del cual el adulto no tendría mas que maravillarse, la utilización constante de la metáfora hortícola, que presenta al niño como un grano que tiene todo en potencia en su interior y florece de manera natural bajo nuestras miradas extasiadas, ignora las terribles desigualdades sociales derivadas, en particular, de la educación familiar. No es verdad que un niño a quien no se le habla, día a día, sino por onomatopeyas, desarrolle capacidades intelectuales -lógicas e imaginativas- del mismo modo que un niño a quien las personas que lo rodean se dirigen con un lenguaje elaborado, estructurado y variado. No es verdad que un niño librado a sí mismo delante de las pantallas podrá ser igualmente creador que su compañero a quien los padres le leen un cuento todas las noches.
De ahí que no podamos contentarnos -aunque lo hagamos con la mayor habilidad- con predicar la abstención educativa para ´dejar que la creatividad se desarrolle libremente´. Más aún: no podemos insinuar que la creatividad sería un don que solo necesita que no se le imponga una restricción escolar para florecer. Pues la creatividad es algo que se forma; exige una investigación permanente del maestro para encontrar situaciones estimulantes, proporcionar recursos variados, buscar materiales adaptados, recurrir a dispositivos atractivos, identificar obligaciones fecundas, tener una actitud de espera positiva y exigente hacia cada alumno. Ciertamente, podemos suponer que Ken Robinson sabe todo esto…Y, sin embargo, da a entender lo contrario y acuna a su público con ilusiones, al mismo tiempo que anestesia, con su optimismo absorto, toda verdadera inventiva pedagógica.
He aquí donde se origina mi cólera: en la circulación de lugares comunes pedagógicos que, detrás de la unanimidad de la fachada, pueden dar lugar a que se desarrollen teorías y practicas contradictorias que, en realidad persiguen finalidades opuestas. Ahora bien, nuestros niños merecen algo mucho mejor. Merecen un poco de lucidez. Merecen un esfuerzo por descubrir las verdaderas cuestiones pedagógicas y políticas en juego en nuestra educación. Merecen adultos que se mantengan en pie, que no renieguen de nada pero tampoco que se dejen engañar.”
Luego de ver el video de Ken Robinson y de leer este texto, les pedimos que pensemos juntos las siguientes consignas:
- ¿Qué mirada sobre la escuela te dejo la presentación que hace Ken Robinson?
- ¿En qué cuestiones puedes acordar con Robinson?
- ¿Cuáles ves que se han dado en tu trayectoria escolar? ¿Cuáles has podido revisar en tu trayectoria formativa?
- ¿Cuáles de esas críticas retoma Meirieu y cómo las plantea? ¿qué interpelación nos hace desde su mirada?
Habilitaremos un foro desde la plataforma para que sigamos reflexionando.
#Quédateencasa